El cuatro veces campeón de la Serie Mundial de las Grandes Ligas, Bernie Williams, llegó a Puerto Rico para hablar acerca de la batalla que enfrentó su padre contra la fibrosis pulmonar idiopática (IPF, Idiopathic Pulmonary Fibrosis, por sus siglas en inglés).
A través de la campaña “Sin Aliento”, el legendario jugador de béisbol busca ofrecer esperanza a los pacientes y sus familias afectados por esta enfermedad poco conocida. La misma educa e incita a aquellos que piensan que ellos mismos o un ser querido que quizás pueda tener los síntomas de la fibrosis pulmonar idiopática –incluyendo dificultad para respirar y una tos seca persistente– a hablar con un médico para obtener un diagnóstico y un tratamiento a tiempo.
Al visitar el sitio web de la campaña, www.SinAliento.com, las personas pueden aprender más sobre la fibrosis pulmonar idiopática y escuchar testimonios directamente de quienes viven con esa condición y aquellos afectados por la enfermedad, además de encontrar recursos útiles en su mismo idioma y relativos a su cultura.
¿Qué es la fibrosis pulmonar idiopática?
Aunque es considerada “poco común”, la fibrosis pulmonar idiopática afecta a unas 132,000 personas en los Estados Unidos.
De acuerdo con una publicación en The Lancet, los hispanos son más propensos a padecer esta enfermedad con una incidencia 15% más alta que la población en general.
Alrededor de 50,000 nuevos pacientes estadounidenses son diagnosticados cada año con fibrosis pulmonar idiopática, número suficiente para llenar un estadio de béisbol.
El diagnóstico puede ser difícil y tardar años porque los síntomas de la enfermedad son similares a, y a menudo se confunden con padecimientos respiratorios y cardíacos más comunes como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (COPD, chronic obstructive pulmonary disease, por sus siglas en inglés), asma o insuficiencia cardíaca congestiva.
Desafortunadamente, la mayoría de las personas con esta enfermedad viven solo de tres a cinco años después del diagnóstico.
La fibrosis pulmonar idiopática causa aproximadamente 40,000 muertes cada año, por lo que cuanto antes se diagnostique a una persona que vive con esta enfermedad, mejor.