A nueve años de la partida física de Celia Cruz el escenario musical difícilmente olvida su legado. El 16 de julio de 2003 la voz que popularizó temas como “La negra tiene tumba’o” y “La vida es un carnaval” se apagó tras batallar contra el cáncer.
La legendaria vocalista murió a los 78 años de edad, luego de someterse a varios tratamientos médicos tras haber sido intervenida quirúrgicamente, hace unos meses, por un tumor en el cerebro. Al momento de su muerte, la “Guarachera de Oriente” permanecía en su casa de Fort Lee, en Nueva Jersey, desde donde se reponía de las recaídas a consecuencia de su enfermedad, aunque con frecuencia regresaba al hospital. Murió al lado de su compañero por 41 años, el director musical Pedro Knight.
La insigne figura de la canción caribeña, que cimentó su fama a través de su participación en la emisora Mil Diez, del viejo Partido Comunista de Cuba, entonces Partido Socialista Popular, dejó con su partida un legado musical consignado en más de 70 producciones discográficas, en las que transitó por todos los géneros del cancionero popular.
Celia Cruz, recordada por su expresión de “azúcaa” y quien gustaba de identificarse con el fraseo de la canción “La vida es un carnaval”, dio sus pininos en un concurso de una emisora radial en Cuba, “La hora del té”, en la que interpretó un tango que le permitió ganar el primer lugar y cargar con “una jaba (bolsa)” llena de regalos que le servían para paliar su situación económica. En 1950 ingresa en la afamada orquesta La Sonora Matancera, en sustitución de la puertorriqueña Myrta Silva, en la que permaneció por más de una década.
Arribó a la ciudad de Nueva York en 1960 y pronto se convirtió en un ícono del son, la pachanga, el bolero y, luego, la salsa. Fue dueña de la canción, asumiendo control de un género dominado por hombres y logrando estilizar y feminizar las formas interpretativas, ganándose el título de “Reina de la Salsa”.
Antes de morir, Celia Cruz, tuvo tres apariciones públicas: una para asistir al homenaje que le ofreció la cadena Telemundo Internacional, en Miami; otra para la entrega de los premios “Grammy”, en Nueva York; y la tercera durante una gala que la compañía teatral Repetorio Español ofreció en Manhattan.
Fuente – Primera Hora