Tanto para mujeres como hombres existen ejercicios sencillos que pueden mejorar las condiciones físicas que los ayuden a lograr mejores niveles de tensión durante el acto sexual que los haga más satisfactorios.
Como bien dice el refrán aquello de que “músculo que no se usa, se atrofia”, ejercitar los genitales también debe ser parte de las rutinas que se pueden utilizar para potenciar el mejoramiento y tonicidad de esta importante área del cuerpo.
Tanto para mujeres como hombres existen ejercicios sencillos que pueden mejorar las condiciones físicas que los ayuden a lograr mejores niveles de tensión durante el acto sexual que los haga más satisfactorios.
Identificarlos. La ejercitación de la zona genital involucra no sólo los órganos externos masculinos y femeninos, sino que implica conocer la fisiología de toda el área, porque hasta el útero (en el caso de las mujeres) y la próstata (en los hombres) cumplen un papel fundamental.
La región pélvica abarca los músculos, huesos y órganos que están debajo del ombligo, van hacia las caderas e incluyen el cóccix, (el hueso final de la columna vertebral) y finaliza en otro hueso, el púbico, ubicado en la parte delantera del cuerpo.
Un práctico ejercicio puede ayudar a conocerlos mejor: si se sientan al borde de una silla y dejan las rodillas separadas, pueden intentar poner los dedos sobre el abdomen (sobre el hueso púbico) y respirar con suavidad.
Al contraer los músculos abdominales y tomar aire internamente se puede sentir como el área del ano, la vulva o los testículos, según sea el caso, se mueven.
Para las chicas. Los reconocidos ejercicios de Kegel, que los especialistas recomiendan para fortalecer el piso pélvico de las mujeres, al sufrir incontinencia urinaria, prolapso o luego del parto, sólo requieren unos minutos de práctica y disposición.
En las mujeres trabajar esta zona ayuda a la erección del clítoris, evita la pérdida de orina, y durante la penetración puede aumentar las contracciones orgásmicas.
Según diversos sitios web de salud y sexualidad, cuando las mujeres entran en la etapa previa al coito, y comienza la excitación, se presenta una congestión de los músculos alrededor de la vagina, en la que se mueven de 600 a 800 centímetros cúbicos de sangre, que deriva en la activación de las paredes vaginales y permite la lubricación genital.
Posteriormente al conseguir el orgasmo, los músculos llenos de sangre se contraen a un ritmo que puede aumentar entre 10 y 15 veces.
“Los ejercicios sirven para tonificar los músculos pélvicos, con lo que se puede conseguir fortalecer la zona y que haya mayor fricción en el acto con la pareja”, explica Eddy González, urólogo.
El punto. Para comenzar hay que identificar el músculo con el que se puede potenciar la satisfacción en la zona: se llama músculo pubocoxígeo o PC, y está ubicado en lo que se conoce como suelo pélvico.
Se puede identificar cuando la persona al orinar interrumpe un poco el flujo de la orina: donde se origina esta sensación y el movimiento, allí se encuentra el músculo.
González indica que el ejercicio en esta zona se recomienda para hombres y mujeres, en función de evitar la hiperactividad vesical “es cuando uno hace la contracción del esfínter externo urinario, al contraerlo logras inhibir la contracción que ocurre en la vejiga”.
Pero el especialista también lo relaciona con la práctica que los hombres pueden aprender a controlar con el fin de retrasar la eyaculación “pueden empezar a manejarlo porque a nivel de la médula, esto inhibe la sensación de querer llegar”.
El urólogo señala que las rutinas de Kegel también son utilizadas por los hombres como una práctica que los ayuda a controlar la eyaculación.
La combinación de salud, práctica y movimiento pueden marcar la diferencia de todos los órganos que confluyen en el funcionamiento de los genitales, no sólo para la satisfacción sexual, sino para mantener activa y en buenas condiciones esta zona fundamental del cuerpo.
Fuente: Fuente: / Gabriela Rojas