Carla Beatriz Merced González rompió los estereotipos y se certificó para ejercer este oficio
La pasión por los animales llevó a la joven Carla Beatriz Merced González a romper con los estereotipos para convertirse en la primera mujer que se certifica para herrar caballos en Puerto Rico.
Merced González, de 24 años de edad, creció con su familia en una finca de Cayey, donde siempre ha vivido feliz rodeada de animales.
“Todo empezó desde bien pequeña. Siempre he sido amante de los caballos y de los animales. Siempre he tenido gallinas, cerdos, vacas”, expresa Merced González con un sólido tono de orgullo en la voz.
“Por eso estudié como técnico de veterinario y quería seguir, pero el grupo estaba lleno. Así que me apareció esta oportunidad y la aproveché”, agregó.
La oportunidad a la que se refiere es un curso para certificar y licenciar personas para trabajar como herreros de la Escuela Vocacional Hípica “Agustín Mercado Reverón”, como parte de una iniciativa del Centro de Gestión Única de Cayey-Aibonito y el Municipio de Cayey.
Junto a Merced González, se certificaron otros ocho nuevos herreros. Según la directora de la escuela, Gina Mercado, el objetivo era encaminarlos a que puedan establecer su propio negocio.
“Fue una propuesta federal que hicimos con la Alianza de Servicios Integrados y la idea era capacitar a estos jóvenes en el arte de herrar para que ellos pudieran poner su negocio propio”, sostuvo.
Mercado explicó que el curso duró seis meses. A parte, cada dos años la escuela también gradúa herreros en un programa regular de clases. Sin embargo, ninguno de los programas había sido completado por una mujer.
“No es por ser machista, pero es un trabajo bien fuerte”, sostuvo. “Yo lo he visto y es bien fuerte, pero no es un trabajo exclusivo de los hombres y ella lo demostró. Estamos bien contentos. Sabemos que ella ama los animales, porque anteriormente estudió aquí. Esto es lo que le gusta”.
Aunque reconoció le necesidad de esfuerzo físico, Merced González recordó que no hay trabajo alguno que una mujer no pueda hacer.
“Es un trabajo fuerte, pero no es imposible”, comentó. “Para una mujer pudiera parecer que es más difícil, por la fuerza que a veces se necesita, pero siempre y cuando se haga bien, no es imposible”, añadió.
Explicó que “lo único que hace falta (para aprender a herrar caballos) es prestar atención y mostrar interés en las clases. Todo es posible. No hay limitación”.
Asimismo, señaló que en el pasado había herrado caballos, pero en el curso aprendió detalles y aspectos técnicos que ahora le hacen el proceso más fácil. Ahora está en espera de que le lleguen herramientas y tomar unos cursos administrativos, que son provistos por el mismo programa, para comenzar con su propio negocio.
“Me siento bien feliz y orgullosa de ser la primera mujer que da ese paso. No quiero que sea la única. espero que otras lo hagan, que no se cohíban por los que dicen que eso es de hombres”, afirmó.
Por Alex Figueroa Cancel / Para EL NUEVO DIA